Es más probable que los niños acudan al odontólogo si sus padres también lo hacen

Los padres que visitan regularmente al odontólogo son más propensos a llevar a sus hijos con ellos.

Un nuevo estudio muestra que el 77 por ciento de los niños y el 64 por ciento de los padres habían visitado a un odontólogo en el año anterior. Alrededor del 86 por ciento de los niños cuyos padres habían visitado al odontólogo durante el año anterior tuvieron un examen dental, en comparación a cerca del 63 por ciento de los niños cuyos padres no habían visitado a un odontólogo.

Los datos provienen de un National Health Interview Study (Estudio Nacional de Entrevista sobre la Salud) reciente de 6,107 niños de 2 a 17 años de edad y sus padres. Los hallazgos muestran que los programas que promueven la salud oral en los niños también deberían estar dirigidos a sus padres, dijo el autor del estudio, Inyang Isong, M.D., una pediatra y becaria en investigación en el Centro de Políticas de Salud Infantil y de Adolescentes del Hospital General de Massachusetts.

Alrededor del 76 por ciento de los padres en el estudio tenían empleo y contaban con seguro médico. Sin embargo, las barreras financieras evitaron aún que algunas de esas familias visitaran al odontólogo. Algunos padres retrasaron el cuidado dental debido al costo, y el 27 por ciento de sus niños también tuvo su cuidado dental postergado.

La caries dental es una de las enfermedades crónicas más comunes en los Estados Unidos, especialmente entre los niños de las minorías y aquellos provenientes de familias con ingresos más bajos, por lo que "las estrategias para promover la salud oral deberían enfocarse en toda la familia," dijo la Dra. Isong.

Lo que es más, muchas personas no están concientes del papel importante que desempeña el cuidado dental en la salud en general de los niños, según la ADA en un comunicado de noticias de Mes Nacional de la Salud Dental Infantil.

La ADA recomienda que los padres actúen tempranamente para asegurar la salud de los dientes de sus hijos ya que las actitudes y hábitos establecidos a una edad temprana son críticos para conservar una buena salud oral a lo largo de la vida.