viernes, 22 de octubre de 2010

Los medicamentos pueden hacer de las visitas al consultorio dental una experiencia más relajada y cómoda

Varios medicamentos están disponibles para ayudar a crear visitas al consultorio dental más relajadas y cómodas. Algunos medicamentos controlan el dolor, algunos pueden ayudarlo a relajarse y otros lo anestesian profundamente durante el tratamiento dental.

Usted y su odontólogo pueden discutir varios factores al decidir cuál medicamento utilizar para su tratamiento: el tipo de procedimiento, su salud en general, historial de alergias y su nivel de ansiedad son considerados al determinar cuál enfoque es el mejor para su caso en particular.

Los analgésicos no narcóticos son los medicamentos utilizados más comúnmente para el alivio del dolor de diente o del dolor después de un tratamiento dental. Esta categoría incluye la aspirina, el acetaminofén y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, tales como el ibuprofeno. Los analgésicos narcóticos, como aquellos que contienen codeína, actúan sobre el sistema nervioso central para aliviar el dolor. Estos son utilizados para casos de dolor más severo.

Los anestésicos tópicos son aplicados con un hisopo a los tejidos de la boca para prevenir el dolor a nivel de superficie. Su odontólogo puede utilizar anestésicos tópicos para adormecer el área, preparándola para administrar un anestésico local inyectable. Los anestésicos tópicos también pueden ser utilizados para aliviar aftas bucales dolorosas.

Los anestésicos locales inyectables previenen el dolor en un área específica de su boca durante el tratamiento al bloquear los nervios que sienten o transmiten dolor y adormecer los tejidos de la boca. Ellos causan un adormecimiento temporal, al cual se refiere con frecuencia como una sensación "de labio hinchado". Los anestésicos inyectables pueden ser utilizados en procedimientos tales como relleno de caries, preparación de los dientes para las coronas o en el tratamiento de enfermedad periodontal.

Los agentes ansiolíticos pueden ayudarle a relajarse durante las visitas al consultorio dental y con frecuencia pueden ser utilizados junto con anestésicos locales. Los odontólogos también pueden utilizar estos agentes para inducir una "sedación mínima o moderada", en la que el paciente alcanza un estado de relajación durante el tratamiento pero puede responder a una conversación o al tacto.

Los tratamientos más complejos pueden requerir de medicamentos que pueden inducir una "sedación profunda", causando una pérdida de sensación y una disminución de conciencia para poder aliviar tanto el dolor como la ansiedad. En ocasiones, los pacientes son sometidos a "anestesia general", en la que los medicamentos causan una pérdida de conciencia temporal. La sedación profunda y la anestesia general pueden ser recomendadas en ciertos procedimientos para niños u otros pacientes que tienen dificultad en controlar sus movimientos.

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