martes, 12 de octubre de 2010

Infecciones bucales: Más que un simple dolor de muelas

A pesar del importante rol que cumple la boca en las actividades cotidianas -que van desde comer hasta comunicarse-, son pocos los que realmente se preocupan de su salud, es más una parte importante de la población no tiene una adecuada higiene dental y hay quienes sólo acuden al dentista cuando sienten molestias.

Lamentablemente, la mayoría de las veces esta falta de preocupación se traduce en infecciones dentales que, si no son tratadas oportunamente, pueden llegar a comprometer no sólo la cavidad bucal, sino también otras partes del organismo.

Dentro de las infecciones de la boca, las más comunes son las que afectan los dientes como consecuencia de la complicación de caries o de un trauma. Esto origina una infección bacteriana en el centro de la pieza dentaria (pulpa), lo que produce la acumulación de material infectado (pus) o absceso.



Hay otros casos en que la infección se ubica en las encías, producto de una enfermedad periodontal. También existen patologías de las mucosas bucales, que pueden ser de origen bacteriano o viral.

Cuando la infección afecta el estado general del paciente, a nivel sistémico, suelen aparecer síntomas como dolor, fiebre y cefalea. El doctor Jaime Agurto, odontólogo y cirujano máxilo facial de Clínica Alemana, explica que cuando los espacios profundos de la boca son invadidos por infecciones, no se puede deglutir, hablar y a veces ni siquiera respirar, porque la vía aérea se ocluye.
Las personas con diabetes o inmunodeprimidas como quienes tienen Sida- están más predispuestas a presentar este tipo de lesiones bucales, las que muchas veces son los primeros signos de la enfermedad. Por eso, una visita regular al odontólogo puede ayudar a una temprana detección de estas patologías.

Efectos a distancia
Antiguamente, no se asociaban las enfermedades de la boca a otras que pudieran afectar al resto del organismo. Hoy se sabe que en casos extremos las lesiones bucales pueden tener efectos a distancia y comprometer gravemente otros órganos como el corazón y el cerebro, entre otros.

"Hay ocasiones en que una infección en el maxilar superior puede provocar una meningitis o una trombosis del seño cavernoso, que es una estructura que se encuentra en la base del cráneo. Esto se produce porque los gérmenes que se encontraban en esta zona de la boca migraron por vía linfática hasta el cerebro", explica el doctor Agurto.

Actualmente, estas complicaciones son cada vez menos habituales, gracias a una mayor comprensión del mecanismo de propagación de los gérmenes, al diagnóstico más temprano y al tratamiento con antibióticos.



La clave es tratar precozmente
En una primera etapa el tratamiento de una infección bucal consiste en la administración de antibióticos y medidas de
El manejo quirúrgico dependerá básicamente de la gravedad y localización de la infección. Cuando es en un diente, es necesario abrir la pieza para drenar el absceso. El tratamiento de conducto se puede recomendar en un intento por salvar el diente, sin embargo, en ocasiones éste debe ser extraído.

En caso de que exista un compromiso mayor, donde están involucrados otros órganos, puede requerirse la hospitalización. "La mayoría de las complicaciones graves son debido a que no se hizo un diagnóstico oportuno o no se realizó el tratamiento más adecuado", asegura el especialista.

Por eso, la mejor manera para evitar llegar a estos extremos, es acudir periódicamente al odontólogo y consultar inmediatamente apenas aparezca cualquier síntoma o molestia, ya que una vez que surgen las primeras manifestaciones ya no ceden.soporte como analgésicos, además de una dieta apropiada

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